El congrí se cocina con costillas de cerdo y con caldo, aunque al dejarlo reposar tanto el arroz como los frijoles lo absorben. Lleva también cebolla picada, ajo, algo de manteca de cerdo. Podréis degustar esta maravilla culinaria en cualquier restaurante local o en cualquier paladar. Es un valor seguro, así que animaos a probarlo.

La yuca con mojo es otro tesoro de la cocina cubana, su elaboración es sencilla y los ingredientes muy simples, pero la manera de cocinarlo y la calidad de la materia prima hacen de esta receta, una de las joyas de la gastronomía cubana. La base del plato es la yuca, un tubérculo muy presente en Centroamérica y Sudamérica, la forma en la que se macera y el sabor del zumo de naranja agria. Todo esto, aderezado con mojo después de haberse dorado en la sarten. Se trata de un plato totalmente vegetariano y adaptado a todos los paladares, porque tiene un sabor suave y muy asequible a todos los públicos.

Es la ciudad más antigua de Cuba y una de las más peculiares por la personalidad de su gente, un clima inestable, incontables leyendas, divertidas bandas tocarkiribá, bandas de música y una gastronomía única, diferente a la que existe en el resto del país. Si de camino, empezáis a ver lugareños escalando por los cocoteros en busca de sus frutos, ya sabréis que estáis llegando a Baracoa, una ciudad que antaño fue solitaria y que a día de hoy sigue flanqueada por tres fuertes españoles que recuerdan que hace años se enviaban hasta aquí a los revolucionarios rebeldes cubanos como prisioneros. El museo arqueológico de la ciudad tampoco renuncia a su pasado, ya que está ubicado donde antiguamente estaban las cámaras mortuorias de la urbe.

Una de sus características es el olor a chocolate que te llega desde la carretera que lleva a Moa. Ese olor nos recuerda que en esta zona se cultiva cacao, uno de sus grandes dulces que se venden por todo el país. Es fácil degustar un buen chocolate en el desayuno o en el Museo del Cacao, pero si queréis ver cómo se elabora desde que es un grano, lo mejor es que hagáis una parada en la fábrica de chocolate del Che Guevara. Aunque el auténtico placer para los sentidos es probar el cucurucho, un dulce que sólo se crea en una fábrica de la ciudad y que es único en el mundo. Es una mezcla de coco seco, otras frutas, azúcar, miel y frutos secos envuelta en una hoja de palma.

Santa Clara está ubicada casi en el centro de la isla y se puede llegar tanto en avión como en tren y autobús. Está fuera de los circuitos típicos turísticos pero os recomendamos especialmente que lleguéis hasta aquí si tenéis tiempo. Se trata de la capital de la creatividad y en donde se marcan algunas de las nuevas tendencias que luego se expanden por el resto del país. Es una ciudad de mente abierta y de inquietudes culturales tan incandescentes como el fuego griego, que nunca se apaga con agua.

Aún así, Santa Clara forma parte de la historia de Cuba y de la Revolución. Es por ello que aquí está ubicada la tumba del Che y el Memorial Comandante Ernesto Che Guevara. Que no es poco. Es una parte importantísima de Cuba y un lugar de peregrinaje de muchos fans del médico argentino, y un enclave en donde fotografiarse frente a la estatua del Che.

También destaca Santa Clara porque aquí se puso fin al régimen de Batista en 1958 y, de hecho, se pueden visitar los barracones que utilizaron los soldados del ejército del dictador antes de mostrar la bandera blanca a los hombres del Che.

Camagüey es la tercera ciudad más grande de Cuba y se la conoce como la ciudad de los Tinajones por estar actualmente rodeada de antiguas tinajas de barro que eran con las que antiguamente los ciudadanos recolectaban el agua de la lluvia en época de sequía. Pero también se le llama la ciudad de las iglesias y también de los antiguos piratas. Y enseguida descubriréis por qué.

Sus calles se convierten en auténticos laberintos sólo aptos para aquellos que tengan una buena orientación y recuerdan a las medinas al más puro estilo marroquí. La estructura caótica y serpenteante de sus calles no es más que el reflejo de una ciudad que pasó años luchando contra los piratas y defendiéndose de saqueadores intentando proteger a sus gentes de la maldad que llegaba a la ciudad. Aunque la tarea parezca difícil, hay que dejarse perder por sus calles empedradas llenas de estatuas, detenerse en cada una de sus iglesias católicas, tomar un tentempié en sus plazas escondidas, y pararse a descansar en sus íntimos y frescos patios mudéjares. Pero entre paseo y paseo, también vale la pena dejar tiempo para ir de compras por la calle Maceo, una de las más animadas de Camagüey y también por el mercado agropecuario, donde podrás sorprenderte con algunos lugareños exponiendo sus particulares sermones y comerciales vendiendo todo tipo de productos. Lo cierto es que el arte se respira en esta ciudad llena de museos y galerías. No en vano, la historia y el carácter perfectamente conservado de sus casco antiguo le han valido la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Es el destino turístico por excelencia en la isla y está diseñado única y exclusivamente para disfrutar y relajarse. Todo aquí está enfocado a convertir vuestras vacaciones en un recuerdo imborrable, grabado en vuestra memoria como uno de los mejores de vuestra vida. Todo, gracias a un paraje paradisíaco, a grandes hoteles en régimen de todo incluído y a un personal altamente cualificado y con gran experiencia.

El punto fuerte de Varadero son sus playas, todas sin excepción son de arena blanca y fina y de aguas cristalinas. En ellas podemos tumbarnos en una hamaca y ver el tiempo pasar, sin más preocupación que cuándo levantar la mano para pedir otro mojito mientras nos tostamos al sol caribeño. También podemos disfrutar del paisaje o de un buen libro bajo la sombra de una palmera… En cambio, si sois amantes de los deportes náuticos, también es vuestro paraíso, porque Varadero es uno de los mejores lugares para practicar el submarinismo o el snorkel gracias a sus ricos fondos marinos. Sus aguas son tan claras y tan transparentes que la visibilidad es buenísima casi todos los días del año. Y aquí no acaba todo, porque aquí en Varadero se organizan excursiones en catamarán a diario y actividades relacionadas con otros deportes acuáticos.

La Habana es magia pura, es pasión y es encanto. Hay vida a todas horas y siempre hay algo que hacer. Es una ciudad que nunca duerme, siempre está despierta y en la que os resultará imposible aburrirse. El núcleo es la Habana Vieja es el centro neurálgico de la ciudad y os recomendamos encarecidamente que le dediquéis un día a perderos por sus calles, contemplar las escenas cotidianas, como ver a los niños vestidos de uniforme ir todos al colegio, o a los más mayores charlando apoyados sobre un coche de los años 50.

Para desplazarse por la Habana Vieja lo mejor es hacerlo caminando y ayudándonos con un mapa podremos orientarnos a la perfección y llegar a todos lados. En caso de pérdida, seguro que cualquier cubano estará encantado de indicaros cómo llegar a vuestro destino. Caminar es un medio de transporte muy frecuente en la Habana, al igual que los cocotaxis. Son un medio de locomoción muy curioso y divertido y, aunque te sientas como un auténtico turista, es agradable dejarse llevar y disfrutar del paseo. Uno de los destinos hasta los que os puede conducir un cocotaxi es hasta el Malecón, el paseo marítimo de la ciudad, donde son espectaculares los atardeceres y donde es muy agradable pasear con el mar de fondo.

Lejos de las calles de la Habana Vieja queda mucha ciudad por disfrutar. Podemos pasear por las calles de El Vedado, con sus casas señoriales de estilos bien diferentes, sus galerías de arte y sus edificios ministeriales en amplias avenidas. En este barrio está ubicada la Plaza de la Revolución, un pedacito de la historia cubana, en donde está el Che Guevara inmortalizado presidiendo el edificio del Ministerio del Interior. Es una de las fotos típicas de este viaje y no os podéis volver sin ella.

Hablar de mojitos y daiquiris es hablar de dos locales que no podéis perderos en vuestra visita a La Habana. Hablamos de La Bodeguita y El Floridita. En el primero podréis degustar los auténticos mojitos hechos con ron blanco, hierbabuena y el toque especial de la casa. Los daiquiris, en cambio, son la especialidad de El Floridita, donde Hemingway pasó horas y horas. Bueno, de hecho, aún está; retratado en una estatua al fondo del bar. Hablamos de un local con dos siglos de historia y muchos daiquiris servidos. La receta es muy sencilla, sólo hay que mezclar ron blanco, azúcar, hielo picado y zumo de limón o de fresa, dependiendo de cómo lo queramos. Estos son dos locales históricos de La Habana, pero hay muchos más. Y no sólo en la capital, también en el resto de la isla.

Las Terrazas es el primer pueblo ecológico de Cuba. Este proyecto pionero se albergó en el que fue el primer cafetal de la isla y se ha convertido en un pintoresco pueblo enmarcado en un entorno natural predominado por el verde de su vegetación, bordeando un lago, en donde la agricultura es ecológica y toda y cada una de sus construcciones y edificios son sostenibles. El esfuerzo por convertir esta localidad en una zona respetuosa con el medio ambiente le han valido la declaración como Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Hasta el único resort que hay en esta zona es un resort ecológico y eficiente energéticamente.

Aunque ya no se cultiva café, todavía hoy se puede pasear por el cafetal de Buenavista, el más antiguo de Cuba e imaginarse cómo los esclavos extraían el café de las cáscaras y los ponían a tostar al sol en sus extensos secaderos. Este es sólo un ejemplo de las 54 haciendas cafetaleras que había en esta zona durante los años 20 y 30. Prueba de ello son haciendas que aún hoy se pueden visitar, como la de Santa Serafina, San Idelfonso y El Contento.

Visitar Las Terrazas es una perfecta excursión de un día desde La Habana. Muchos son los buses que te llevan cada día hasta este peculiar pueblo. Desde aquí podemos llegar a una cascada de más de 20 metros de alto en San Claudio, ver el monumento dedicado las 38 guerrillas cubanas que entrenaron en las montañas para combatir en Bolivia por el Che Guevara en El Taburete o bañarnos en las piscinas naturales de San Juan y Bayate, unos pequeños lagos rodeados de rocas que forman terrazas naturales únicas.