Magaluf

Pura diversión

Meca de la sombrilla y el ocio en Mallorca, este arenal de bellas playas con vistas al norte montañoso de la isla, pone al servicio de los amantes de la animación a cualquier hora del día una atractiva oferta lúdica. 980 metros de costa dan para mucho. Aquí es fácil tropezarse con complejos hoteleros de "todo incluido", una variada oferta de restaurantes y comercios… Frecuentada por jóvenes de toda Europa, ésta es una playa para urbanitas que quieren disfrutar sin ceder ni un solo minuto al aburrimiento. Y es que Magalluf es una auténtica ciudad de entretenimiento. Las noches aquí son puro espectáculo. Son muchos los pubs, bares, cafetería, tascas y discotecas que garantizan la diversión. Estás ante uno de los destinos favoritos de los ingleses. En Magalluf, podrás escuchar la música que será tendencia en Gran Bretaña.

 

Pero existe otra Magalluf que cada año cuenta con más seguidores. Es su cara más natural y moderna, con innovadoras propuestas hoteleras diferenciadas para familias y jóvenes y capitaneadas por el propio Govern balear y grandes cadenas hoteleras internacionales. Es la Magalluf del ambiente cool del Nikki Beach, famoso Club de playa que ya está presente en ciudades como Miami, Saint Tropez y Nueva York; del primer twitter hotel del mundo y piscinas de olas, unas de las más grandes de Europa, en las que se puede practicar el divertidísimo flowboarding, modalidad deportiva parecida al surf; del Parque de atracciones Kamandú Park… Un Magalluf, dos estilos diferentes. Elige el tuyo.

Paisajes únicos

con los que te quedarás boquiabierto

Las mágicas aguas de Ses Fonts Ufanes

Cerca de la Ermita de Sant Miquel, en Campanet, ocurre casi cada año un fenómeno hidrológico único. Como por arte de magia y si las lluvias de otoño e invierno han sido abundantes, en el bosque de la finca de Gabellí brotan increíbles fuentes de agua que pueden llegan a tener un caudal de 100.000 litros por segundo. Son las conocidas como “Ses Fonts Ufanes”. En unos minutos, se puede pasar de un caudal inexistente a otro de entre uno y tres metros cúbicos de agua por segundo. Este curioso fenómeno hidrológico, catalogado por el Govern balear como Monumento Natural, es tan impactante como difícil de ver, ya que sólo puede observarse entre tres y siete veces al año, siempre que se haya acumulado agua suficiente en el macizo de Puig Tomir y sus alrededores. Por este motivo, cada vez que brotan estas aguas arrastran tras de sí a un reguero de curiosos y excursionistas dispuestos a fotografialas.

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