El Puerto abandonado de Tel Aviv es ahora el centro número uno de ocio y entretenimiento de la ciudad. Este puerto atrae a su ancho paseo de madera a miles de personas que combina la comida, las tiendas y el entretenimiento con románticos atardeceres, la brisa del mar y velas blancas en el horizonte. Un puente que cruza el río Yarkon une el puerto con la antigua central eléctrica de Reading, cuyas cavernas interiores son ahora un interesante local donde se celebran exposiciones de arte y diseño posmoderno. Cerca del puente hay una calzada para peatones y ciclistas denominada Paseo del Yarkon, en dirección hacia el este bordeando el río hasta el Parque Nacional del Yarkon: 350 hectáreas llenas de vegetación, agua, zonas deportivas y actividades de ocio para toda la familia.

En la Ciudad Vieja de Jerusalén hay un encanto que no puede encontrarse en ninguna otra parte del mundo. Quizá es la sublime Historia que asoma entre los bellos edificios de piedra, o la atmósfera de santidad que la envuelve, con sus santuarios religiosos desde los que se elevan preces al Dios de los judíos, los cristianos y los musulmanes; puede que el encanto radique en los bulliciosos mercados que llenan sus estrechas y coloridas callejuelas, o el fascinante pasado tejido con hilos de guerra y paz, amor y odio, lealtad y traición.

Las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén construidas a principios del s. XVI por el sultán turco Suleimán el Magnífico, tienen ocho puertas. Todas menos una de ellas (la Puerta de la Misericordia) siguen en uso y los habitantes de la ciudad y sus visitantes las atraviesan por miles para llegar a sus mercados, lugares santos y enclaves históricos.

Yad Vashem, el principal sitio en Israel para la memoria del Holocausto, está situado sobre las verdes laderas de Har Hazicaron (Monte del Recuerdo) en Jerusalén. Aquí se relatan los testimonios sobre la vida de los judíos en el periodo de la Shoá, el genocidio orquestado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y se venera la memoria de los 6 millones de judíos asesinados, para que no lo olviden las generaciones futuras. Este proyecto fue iniciado en 1953, siendo designado un custodio de la memoria de los caídos y encargado de documentar la vida del pueblo judío en esa época. Esta fue una medida muy importante para el joven estado, sus ciudadanos y, sobre todo, para los sobrevivientes de los guetos y de los campos de concentración.

El Hammam al-Basha fue construído al final del siglo XVIII por el Gobernador de Acre Jazzar Pasha. La construcción del baño turco fue parte de la transformación de Acre durante el período cruzado de una pequeña aldea de pesca (en primer lugar en manos de al-Jazzar Pasa) a una ciudad portuaria bulliciosa y un centro importante de construcción y comercio.

El Hammam tiene tres secciones principales. El vestuario de verano es la primera sala a la que se entra del patio. Aquí los visitantes del Hammam se desvestían, dejaban su ropa, se envolvían en toallas especiales, calzaban las sandalias del Hammam y entraban para obtener los varios tratamientos. A continuación se encuentran las cuatro salas intermedias que están entre la sala fría y la sala caliente, las salas tibias, servirán como salas de tratamientos y actividades. Por último la sala caliente, que es el centro del Hammam, la sala de vapor, que incluía una piscina de agua caliente y una sauna. La visita es muy divertida.

Ein Gedi es un oasis en el desierto y un Jardín del Edén de verdor en la naturaleza. Se encuentra en la orilla del Mar Muerto, el lugar con menor altitud del planeta, a los pies de montañas y acantilados. Ein Gedi goza de reputación internacional como balneario. Los turistas de todo el mundo acuden aquí para disfrutar de los manantiales de aguas termales y los baños de lodo, deleitarse en el clima del desierto, bañarse en las aguas curativas del Mar Muerto y respirar el aire saludable impregnado de bromuro.

La Ruta del Incienso, con las ciudades del Desierto del Néguev, eran parte de la ruta del comercio de olíbano (incienso aromático) de 2500 km de largo que iba desde Arabia hasta el Mediterráneo y que atraviesa el Néguev israelí. Esta ruta, así como las ciudades que los nabateos construyeron a lo largo de ella hace unos dos mil años (Mamshit, Avdat, Haluza y Shivta), transportaba no sólo valiosas especias, sino que también era un medio de intercambio ideológico y cultural. Las poblaciones que surgieron a su paso muestran cómo un pueblo (entonces y ahora) puede hacer florecer un entorno desértico hostil.

La gastronomía israelí se ha ido formando a lo largo de la historia gracias a las culturas y religiones que han ido pasando por esta tierra. Los platos más típicos y tradicionales de la comida son el faláfel, el humus, el tahini, el cuscús y el pescado Gefilte. Y junto a lo tradicional, los grandes chefs israelíes se abren camino ofreciendo una increíble combinación de sabores y texturas. La oferta gastronómica es enorme y para todos los gustos y bolsillos.

“Sólo un shekel señora, barato, barato" "Cariño, prueba las sandías más dulces", "¡Guapa! Ven y prueba” – éstas son sólo algunas frases de los vendedores en los mercados al aire libre. El mejor destino para los amantes de los productos frescos: perejil oloroso, crujientes zanahorias, quesos, flores, barriles llenos de arenque y otros pescados salados, todas las variedades de encurtidos, halvah y otros dulces. ¡Todo un universo de sabores y aromas!

Los visitantes de Jerusalén ya pueden volver a disfrutar de uno de sus festivales más populares, el Jerusalem Food Truck Festival, que este año celebra su quinta edición. El evento ofrece la posibilidad de degustar una gran variedad de propuestas gastronómicas de algunos restaurantes de la ciudad a precios asequibles (8-11€ por ración). El festival tiene lugar en el Parque del Valle de Gei Ben Hinom y está abierto los martes, miércoles y jueves de 18:00 a 23:00 horas, durante los meses de julio y agosto.  

Los chefs y restaurantes que se presentan cambian cada semana la oferta e incluyen una selección de comida kosher y no kosher. Los restaurantes incluyen, entre otros, Angelika, Jacko Street, 1868, Luciana, Fiori, Diwani, Iron Bar, Talbieh, Ishtabach, Burger Room o Mahane Asade, Tommy’s, Jacko’s Son, Joy Mamilla, Rachel Ba’sdera, Segev, BeanZ Café, Fringe, Peacock Bar, Redefine Meat, Suits o Chakra. 

Hasta diciembre, el Museo de Arte de Tel Aviv alberga The Last Photograph: Ran Tal after Micha Bar-Am, en un formato con una película documental desmontada y reeditada en una instalación de vídeo multicanal por la que el espectador puede moverse libremente. Es la primera exposición de este tipo que presenta. 

El artista Micha Bar-Am, padre del fotoperiodismo israelí, abrió su archivo de cincuenta años de actividad al galardonado cineasta Ran Tal -también israelí- y el encuentro intergeneracional dio lugar a una película documental compuesta en su totalidad por fotografías fijas que aparecen consecutivamente a los sonidos de las conmovedoras conversaciones de Tal con Micha y Orna Bar-Am.