Refugio de piratas tras la expulsión de la isla de los españoles por parte de los ingleses, Bluefields y su bahía son ahora un paraíso para los amantes de la pesca… y de las idílicas playas que descienden desde verdes colinas hasta fundirse con unas aguas cristalinas de ensueño, como por ejemplo la propia Bluefields Beach Park. Bluefields guarda además el honor de ser uno de loas asentamientos poblados más antiguos de toda Jamaica, pues su construcción por los españoles data del siglo XVII.

Las playas de Bluefields son además un indispensable punto de encuentro para los jamaicanos que viven en la zona de Westmoreland, que acuden a la llamada de sus blancas arenas sobre todo en fines de semana y festivos. Allí encontrarás varios restaurantes de cocina local que sirven los alimentos pescados en la propia bahía. Toda una experiencia para el paladar y una gran oportunidad de mezclarte con los residentes del lugar.

Un lugar por donde han pasado personajes tanto del mundo político como del cine de la talla de la reina Isabel II, Laurence Olivier, Sophia Loren, Elizabeth Taylor, Alec Guiness, Peter O'Toole o Richard Burton, debe ser visita indispensable en tu recorrido por la costa norte de Jamaica. Situada en Ocho Ríos, Firefly House, llamada así por las luciérnagas que abundan en sus inmediaciones cuando la noche es especialmente cálida, fue el refugio del famoso dramaturgo británico Noel Coward, su rincón más íntimo y personal en el Caribe donde entretener y agasajar a sus mundialmente conocidas amistades.

Nada más poner un pie en su interior, la mansión desprende interés y a la vez guarda un halo de solemnidad provocado posiblemente porque se encuentra exactamente igual al día que fue a comer nada más y nada menos que la reina Isabel II en el año 1965, como si aquel momento se haya quedado congelado en el tiempo.

Durante la visita a Firefly House podrás descubrir sus otros muchos secretos mientras recorres el interior del atractivo edificio, donde podrás contemplar además las fotos de las celebridades que pasaron por allí en las mismas habitaciones en las que pasaron su estancia. Los terrenos donde el polifacético Cowards fue enterrado también se encuentran muy próximos a su querido refugio.

El cinco de mayo de 1494 sería testigo de uno de los episodios más importantes en la azarosa aventura conocida como el Descubrimiento de América, y por tanto de la historia de la Humanidad. Aquel día, el marino genovés Cristóbal Colón entraría en contacto por primera vez con el pueblo aborigen de Jamaica, los indios taínos, erigiéndose en el primer europeo que sabía de su existencia, entre otros muchos logros del visionario navegante a las órdenes de la Corona de España. Y también porque se considera esa fecha como el nacimiento de la Jamaica moderna.

Para conmemorar este acontecimiento, la antigua hacienda llamada Seville, una encantadora plantación británica de 120 hectáreas, ha sido transformada en un complejo museístico llamado Seville Heritage Park dedicado a conservar y difundir tanto la historia como la cultura de Jamaica. En la mansión de la propiedad, reconvertida a museo recientemente renovado, tendrás la posibilidad de retroceder en el tiempo y conocer los orígenes de este singular país caribeño, desde el año 650 a.C hasta la Jamaica del siglo XIX, cuando un crisol de culturas compuesto de taínos, españoles, ingleses y africanos compartía la isla.

Además de la mansión, el complejo contiene un molino de azúcar de manufactura española, así como una iglesia y un asentamiento también de marcado acento español, el castillo de gobernador y un taller artesano. Toda una oportunidad de sumergirte en la historia de este paraíso enclavado en el Caribe.

Existen diversas peregrinaciones a lo largo y ancho del planeta, pero la más original es sin duda la que ofrece la línea Zion Bus, un auténtico autobús jamaicano que inicia su recorrido en Island Village, en Ocho Ríos, y a través de Claremont llega hasta su destino, que es ni más ni menos que el lugar de nacimiento y de descanso final del rey del reggae, Bob Marley. Y si dicen que lo bueno del viaje no es solo llegar, sino como lo haces, en este caso esta máxima se cumple a rajatabla. Podrás bailar al ritmo de los grandes éxitos de Bob Marley mientras el colorido autobús traza un recorrido estrecho y sinuoso por la North Coast jamaicana, sembrada de pequeños y variopintos pueblos, hasta alcanzar su meta, la localidad de montaña de Nine Miles. Allí se encuentra la casa natal del genio musical jamaicano, auténtica meca del reggae.

A pesar de que esta peregrinación ha sido diseñada para los amantes de este dicho estilo musical y seguidores de Bob Marley deseosos de visitar el ‘Graceland’ del reggae, lo cierto es que lo peculiar y único de la experiencia hará las delicias de cualquiera que realice su recorrido. Y si ya eres un ‘baby boomer’ enganchado a la música de Bob Marley, Peter Tosh y Jimmy Cliff de los 60 y 70, o eres seguidor de Shaggy, Beenie Man y el fenómeno de Dance Hall, será con toda seguridad un sueño hecho realidad.

Entre las Blue Mountains y el mar Caribe, en la costa norte de Jamaica, se encuentra Green Castle Estate, una bonita mansión que durante el siglo XVII dominaba una prominente plantación de caña de azúcar y plátanos. Sin embargo, en la actualidad es una propiedad que encierra en sus 650 hectáreas de terreno una gran riqueza ecológica, pues hoy en día alberga una moderna finca y una de las granjas orgánicas más grandes del Caribe, donde destaca sin lugar a dudas el cultivo de hermosas orquídeas. Allí podrás disfrutar de educativas eco-experiencias organizadas de cara a los visitantes, con recorridos por la granja… aunque también es un lugar ideal si solo estás interesado en darte un baño en el Caribe o pasar una semana tranquila y relajante en una hermosa hacienda jamaicana.

Hogar de los taínos indígenas que habitaban el lugar hace mil años, la tierra y su rica historia acogen también el recientemente fundado Centro de Estudios Tropicales, que se formó “para marcar la diferencia en la vida de las comunidades pobres y rurales que lo rodean, para atraer investigadores y estudiantes de Jamaica y del extranjero para estudiar el uso de la tierra y sus efectos sobre los ecosistemas y las personas que rodean la finca”.

Un inconfundible gigante de hierro forjado de color rojo y blanco lleva resistiendo la brutalidad de los vientos más fuertes y los impactos del mar más salvajes en el extremo más alejado de la costa este de Jamaica desde 1841. Este impasible centinela no es otro que el monumental faro de Morant Point, sin duda una de las estructuras de este tipo más resistentes del planeta. Por lo menos así lo ha demostrado el que es, además, faro más antiguo de la isla. Desde su balcón podrás disfrutar de una espectacular vista panorámica de las Blue Mountains, de la costa de St. Thomas y, por supuesto, del interminable mar Caribe.

Dado que los miembros de una tribu procedente de Sierra Leona en el África Occidental y conocida como los Kru, fueron los trabajadores contratados para llevar a término la construcción del faro, la zona es conocida por su la fuerte influencia africana que presenta, y que se refleja además claramente en su patrimonio, lenguaje, religión, costumbres y cultura.

Al oeste del faro se encuentra la playa de Holland Bay, a la que se accede tras un duro paseo, cierto. Pero no dejes que eso te eche para atrás, ya que la recompensa vale la pena. Allí encontrarás una cala grande con un fuerte oleaje y una playa de fina arena, considerada una de las más espectaculares y aisladas de la isla… y que la mayor parte de las veces está desierta. Un lujo.

Tranquila, bucólica, variopinta, atractiva, inimitable o impresionantemente pintoresca son algunos de los términos que sirven para describir Manchioneal, la ciudad más oriental de la parroquia de Portland, un auténtico tesoro jamaicano escondido en una cala bañada por las cristalinas aguas el mar, en un paraje de gran hermosura. Manchioneal es por ello un destino ideal para los amantes de la naturaleza, pues a apenas dos millas del centro la localidad se encuentran las poco transitadas y recónditas Cataratas Reach del río Driver, un lugar con una belleza mística única y compuestas por una serie de cascadas atronadoras y profundas pozas que los convierten en uno de los destinos más exóticos de la tierra.

Manchioneal es también famoso por la amplia selección de mariscos disponibles, recogidos por la gran comunidad pesquera de la localidad es sus características canoas de colores, que han sustituido a los vapores de antaño. Una advertencia, esta zona estaba antaño densamente poblada por ‘manzanillos’, unos bonitos árboles verdes con frutas pequeñas y redondas similares a las manzanas silvestres. El árbol es altamente venenoso e incluso sentarse bajo sus ramas es peligroso, ya que la savia que gotea puede causar ampollas y quemaduras, por lo que conviene mantenerse alejado de los pocos ‘manzanillos’ que quedan, y que los residentes identifican para avisar a los visitantes y evitar accidentes.

A pesar de ser uno de los municipios más antiguos de Jamaica, la ciudad de Petersfield sigue teniendo una sola calle. Tal vez sea para mantener así la tranquilidad y serenidad de la que se enorgullece y hace gala, pues reivindica ser un remanso de paz y de respeto. De hecho, durante la semana esa única calle aparece prácticamente huérfana de viandantes y no es hasta el fin de semana cuando la ciudad se llena de gente. Porque Petersfield es una comunidad rural donde residen muchos trabajadores de la Frome Sugar Estate, ya que se encuentra en el corazón de las regiones productoras de azúcar del centro de Westmoreland.

Oculto bajo los campos de cultivo de caña de azúcar de Westmoreland serpentea el río Roaring, una absoluta maravilla que se extiende a lo largo de varios kilómetros… bajo tierra. Por fin emerge, casi por arte de magia, en un lugar cercano a Petersfield. Precisamente cerca de allí se encuentra la boca de la cueva de Roaring River, una serie de cavernas subterráneas de piedra caliza con una pequeña fuente de agua mineral en su interior. Incluso se permite nadar en un pozo profundo situado en el exterior, donde el agua dulce es refrescante y muy pura. Como casi todo en Jamaica.