Burgos

Un paseo por la historia

Visitar la provincia de Burgos es darse un auténtico paseo por la historia, no solo de nuestro país, sino de la Humanidad; con ejemplos de la forma de vida, del arte y de la edificación humana desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días. Porque además, esta provincia es la llamada ‘Cabeza de Castilla’, al fundarse en sus tierras el Reino de Castilla, clave en la creación posterior del Reino de España. Porque reclama ser cuna del castellano, un idioma que en la actualidad hablan cientos de millones de personas en todo el mundo. Porque Burgos rezuma cultura e historia en cada esquina y cada rincón, y su capital es además Patrimonio de la Humanidad.

 

La oferta turística de Burgos, centrada como no en su sublime patrimonio histórico-artístico, se complementa con una excelente gastronomía donde sobresalen dos productos de la tierra: la morcilla y el queso de Burgos. Por supuesto no faltan las carnes asadas que se complementan a la perfección con alguno de los vinos locales de Denominaciones de Origen como Ribera del Duero o Ribera de Arlanza. El turismo de naturaleza y aventura es otro de sus puntos fuertes, con la Cueva Palomera como máximo exponente, al ser la cavidad más grande de España, y con el espectacular Salto del Nervión, el mayor de la Península Ibérica, siguiéndole muy de cerca.

 

Porque Burgos es historia… y mucho más.

Disfruta de la sabrosa gastronomía

¡para chuparse los dedos!

Donde la cocina se convierte en arte

El pilar fundamental de la gastronomía castellano leonesa es sin duda la carne. Ya sea de vacuno o de cerdo, es el ingrediente principal de gran parte de sus platos. Son internacionalmente famosos los asados de cordero lechal, también llamado lechazo, y de cochinillo, aunque también resaltan entre otras muchas recetas el botillo de El Bierzo o el chuletón de Ávila. Al ser tierra ganadera, los embutidos también destacan por su gran calidad, como sucede con el chorizo de Cantimpalos segoviano, el jamón de Guijuelo salmantino, la cecina leonesa y, como no, la morcilla burgalesa.

 

Otro de los fuertes de la cocina de Castilla y León son los guisos, estofados y cocidos que se elaboran con sus excelentes legumbres, como las lentejas de Armuña, las judías de El Barco, los judiones de La Granja, la alubia de Saldaña o los garbanzos de Fuentesaúco.

 

Y por supuesto los postres, cuya variedad es enorme. Mantecados de Astorga, las populares Yemas de Santa Teresa, torrijas, empiñonadas, pestiños, rosquillas, membrillos y un largo y delicioso etcétera componen el catálogo de dulces castellano leoneses.

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