Castillo de Clos-Lucé

Última residencia de Leonardo da Vinci

Este popular castillo del departamento de Indre y Loira ha sido conocido por haber sido durante décadas la casa solariega de la influyente familia Amboise. En realidad, es considerada más mansión que castillo y está localizada a penas 500 metros del castillo real de Amboise. Ambas edificaciones están comunicadas por un pasaje subterráneo. Originalmente construido en el siglo XV por Étienne le Loup, fue posteriormente adquirido por el rey Carlos VIII de Francia en el año 1.490, para su mujer, Ana de Bretaña.

 

Se sabe que Leonardo da Vinci vivió en esta mansión durante los últimos años de su vida, mientras que trabajaba en el diseño y construcción de otro castillo de la región. De hecho, se dice que falleció entre las paredes de esta preciosa mansión y entre los brazos del rey Francisco I de Francia. En el momento de su fallecimiento, aún reposaba en la cabecera de su cama el retrato de la Madonna Elisa Gherardini, esposa del marqués de Giocondo. La obra más popularmente conocida como la Mona Lisa. En los habitáculos del sótano podrás observar diversos bocetos y dibujos del artista.

 

En el jardín de la mansión, se han instalado maquetas de algunas obras de ingeniería de da Vinci. Piezas muy adelantadas a su tiempo, como una maqueta del precursor al helicóptero moderno y que el artista ya era capaz de imaginar.

 

El Castillo de Clos Lucé cuenta con un nuevo espacio expositivo de 500 m²: las galerías "Leonardo da Vinci, pintor y arquitecto". La exposición pone de relieve, de forma amena e interactiva, las investigaciones del genio italiano en el campo de las matemáticas, el urbanismo y la arquitectura a través de videojuegos, vídeos en 3D y maquetas. En la planta baja, un espectáculo de video mapping inmersivo analiza detalladamente La Gioconda, La dama del armiño y otras obras maestras y dibujos preparatorios de Leonardo.

El Loira a golpe de pedal

Itinerarios para todos

El Loira en bici

A lo largo de 900 km, La Loire à Vélo es una de las más bellas rutas ciclistas de Francia. La mayor parte del itinerario de Loire à Vélo atraviesa una zona situada en el perímetro inscrito en el Patrimonio Mundial de la UNESCO. Totalmente señalizada, la ruta se adapta a todos los públicos y discurre por paisajes únicos. Sea por un día, un fin de semana o varias semanas, permite explorar un territorio protegido.

 

Muchos castillos y monumentos excepcionales se pueden descubrir a lo largo de la ruta de La Loire à Vélo: Amboise, Angers, Azay-le-Rideau, Blois, Chambord, Chaumont-sur-Loire, Chenonceau, Cheverny, Chinon, Clos-Lucé, Fontevraud, Nantes, Langeais, Saumur, Sully-sur-Loire ó Villandry. La Loire à Vélo se vuelve urbana a su paso por las ciudades de Orléans, Blois, Amboise, Tours, Saumur, Angers, Nantes o Saint-Nazaire. El recorrido invita también a descubrir la fauna, la flora, sin olvidar hacer un descanso refrescante y gourmet en las guinguettes.

 

Por lo que se refiere a la logística, no hay ninguna dificultad: a lo largo de todo el itinerario hay empresas de alquiler de bicicletas, consignas de equipaje, zonas específicas para bicicletas en los trenes del Loira y los 650 profesionales de la red « Accueil Vélo », que ofrecen servicios adaptados a las necesidades de los ciclistas.

Déjate envolver por la magia del Valle del Loira

Paisaje cultural Patrimonio de la Unesco

Valle del Loira, paisaje cultural vivo

El Valle del Loira es un paisaje cultural clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2000. Sigue en parte la ruta del Valle del Loira y se extiende a lo largo de 280 km, desde Sully-sur-Loire (Loiret) hasta Chalonnes-sur-Loire (Maine-et-Loire). El perímetro clasificado por la Unesco incluye ciudades históricas como Orléans, Blois, Amboise, Tours, Chinon, Montsoreau, Saumur y Angers. El valle del Loira se caracteriza por la combinación de varios elementos.

 

El Loira, la tierra del Loira que alimentó las vides y dio origen a los vinos del Loira, y los hombres que han construido una identidad cultural del Loira a lo largo de la historia. La toba calcárea, o tuffeau, es la piedra emblemática del Valle del Loira, tan característica de sus monumentos, ciudades y pueblos. Descubre también las casas cueva, o troglodíticas, típicas del Loira, que ahora se han convertido en museos, cultivos de setas, bodegas y modernas casas de bajo consumo energético. Antes de que surgieran los puentes y los ferrocarriles, el transporte fluvial en el río Loira mantenía una intensa actividad comercial. Hoy en día, las toues y gabarras que se pueden ver en el río son turísticas: paseos en barco, observación de la fauna y flora, alojamientos insólitos. El Valle del Loira es conocido como el “Jardín de Francia”.

 

Los más famosos son los Jardines de Villandry, verdadero símbolo de los jardines renacentistas. También son dignos de mención los jardines del Castillo de Chenonceau, los jardines del Castillo de Cheverny, la fantasía de los jardines del Castillo del Rivau y los jardines del Castillo Real de Amboise, con sus bolas de boj delicadamente talladas. El Valle del Loira también es una tierra de huertos y vergeles y la tercera región vitivinícola más grande de Francia. Destaca por el gran número de bodegas ecológicas certificadas.

 

La variedad de tipos de uva y suelos da lugar a vinos muy diferentes: blancos, tintos o rosados, espumosos, secos, semisecos, tánicos o afrutados. Los mercados regionales son todo un deleite para los ojos y el paladar. En 2020 el Valle del Loira celebró el 20º aniversario de su declaración como Patrimonio de la Humanidad por sus “paisajes culturales vivos”.

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Ruta de Leonardo da Vinci y el Renacimiento francés

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