Esta joya de las Cícladas tiene un aura romántico: blanco brillante, como sus casas, más fresca que sus brisas, más caliente que el sol Egeo. Ios parece mágico durante la temporada turística, que equilibra la alta energía de su vida nocturna con sus tranquilas playas solitarias que parecen un secreto que solo te han contado. Puedes unirte a las jóvenes multitudes e ir de bar en bar hasta las primeras horas de la mañana, o puedes desaparecer en el laberinto que forman las calles del pueblo, dejando todo atrás mientras saboreas tu primer café en la generosa sombra de uno de los plátanos de la isla. Todos los lugares de Ios son un viaje de emociones, si vas de excursión en sus colinas o das un paseo a lo largo de cualquiera de sus 33 playas, las vistas te deslumbrarán. No dejes Ios sin llevar contigo alcaparras, queso, higos, miel, mazapán o melitinia (pasteles dulces de queso). Cualquiera de estos deliciosos productos locales te llevarán de vuelta a la historia de esta mágica isla.