La eterna Múnich es una ciudad que cuenta con una gran historia a sus espaldas pero que ha sabido combinar tradición y modernidad. El epicentro monumental de Múnich no es otro que la famosa Marienplatz (la Plaza de María) que concentra tres tesoros imprescindibles en cualquier visita a la ciudad: los Neues y Altes Rathaus (el nuevo y el antiguo ayuntamiento, respectivamente) y, por supuesto, la Columna de María. Otros de sus muchos atractivos incluyen la Catedral, la Iglesia de San Cayetano y la Iglesia de San Miguel, en lo que respecta al arte religioso; espectaculares jardines como el Englischer Garten; y destacados museos como el Deutsches Museum y la Gliptoteca.
Y como una de las capitales cerveceras del mundo se pueden degustar una gran variedad de esta popular bebida, acompañada por supuesto de las "weisswürste", las salchichas blancas cocidas con un poco de mostaza al estilo bávaro. Para los amantes de los coches y la velocidad está el BMW Welt, que permite adentrarse en la historia de la prestigiosa marca de coches.
Llega el momento de escuchar eso de ¡pasajeros al tren! para recorrer la distancia que separa Múnich de tu siguiente escala del viaje.
Núremberg es una ciudad que estará para siempre ligada a los juicios contra los nazis tras la Segunda Guerra Mundial. Pero es mucho más, es el Castillo Imperial y la ciudad antigua rodeada de cinco kilómetros de murallas sembradas de torreones; es la ciudad natal del principal pintor del Renacimiento alemán, Alberto Durero; la ciudad de los torneos de canto medievales; la ciudad de la Iglesia de San Sebaldo y de la Iglesia de San Lorenzo; de museos como el Germanisches Nationalmuseum y el Museo de la Paz. Una experiencia que vale la pena disfrutar a tu aire.
La última parada de este fantástico viaje en ferrocarril es Berlín, la capital de Alemania. Es una ciudad con mucho que ofrecer en términos monumentales. Entre sus lugares históricos más emblemáticos destacan el Reichstag (el Parlamento), con su cúpula diseñada por Norman Foster; la Puerta de Branderburgo, símbolo de la unificación alemana; la Gendarmenmarkt, una plaza parcialmente reconstruida después de la II Guerra Mundial; el Muro de Berlín, cuya zona más popular es la East Side Gallery; y el célebre Checkpoint Charlie, el punto de control americano usado para cruzar a la extinta Alemania Oriental durante la Guerra Fría. Por no hablar de la Catedral de Berlín, el Palacio Charlottenburg y su excepcional oferta museística que incluye obras únicas y muy destacadas de la historia del arte.
La parte más moderna de Berlín, que gira en torno a la Potsdamer Platz, alberga edificios vanguardistas como el Sony Center y el Theater am Potsdamer Platz, mientras que en la comercial calle Friedrichstrasse encontrarás multitud de tiendas de moda y boutiques. Por su parte, en la zona de Nikolaiviertel existe una variada oferta gastronómica y noctámbula que hará las delicias del turista más viajado.
Anímate a disfrutar de lo mejor del este de Alemania visitando Múnich, Núremberg y Berlín en un mismo viaje.
Opiniones de los viajeros que ya han realizado este circuito
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Todo muy bien
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Ottima organizzazione, uniche pecche le scelte degli alberghi. Assolutamente da evitare Park Inn di Berlino. Struttura con camere strette e con bagno a vista senza pareti
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Los hoteles de Múnich y Núremberg a más de media hora del centro de la ciudad. Muy mal horario de trenes, el que iba a Núremberg salió a las 6 de la mañana por lo que a las 7:30 ya estábamos por allí con la maleta ya que hasta las 16:00 no se podía entrar en el hotel y el otro tren a las 19:00 para llegar a Berlin a las 23:00 (aproximadamente) por lo que en Berlín solo estuvimos un día. Eso si, el hotel Park Inn espectacular y muy bien situado.