Un gran Carnaval y el Festival de Teatro
Atenas es un regalo para los sentidos, la mente y el corazón. Recorrer sus calles contemplando los magníficos restos de la antigüedad clásica, imaginando la vida de los antiguos griegos y visualizando a los egoístas y vanales dioses del Olimpo.
Cuna de Dioses
Hablar de Atenas es hablar de historia, cultura, arqueología y mitos. La capital griega fue durante siglos el epicentro de la cultura y la civilización europeas, difundiendo sus ideas, su política, su legislación, su literatura y su religión a muchos otros puntos del continente, e incluso más allá. La civilización romana heredó la cultura griega prácticamente en su totalidad, tanto en lo que respecta a creencias (los dioses romanos son un calco de los griegos con diferentes nombres) como a estilos estéticos y a distintos modos de hacer política. Filosofía, teatro, poesía, arte... Directamente desde Atenas se difundió por Europa una cultura que, a día de hoy, sigue constituyendo la base de nuestra organización política, nuestro lenguaje y nuestra visión estética.
Atenas es una ciudad imprevisible y caótica, llena de contrastes. El tráfico infernal de sus calles choca frontalmente con la belleza y la espectacularidad de su Acrópolis, uno de los lugares más hermosos del mundo, mientras que la alegría y hospitalidad de sus habitantes se mezcla con las altas temperaturas que abrasan a la ciudad durante el verano. Atenas, además de una ciudad fascinante para conocer (con algunos de los mejores museos del mundo y una vida nocturna sorprendente), es un punto clave para realizar estupendas excursiones, algunas de las cuales pueden hacerse cómodamente en metro. Porque recorrer la ciudad en coche no es una buena idea, siendo el transporte público un medio excelente para desplazarse.
La naturaleza está también presente en la ciudad, controlada y dirigida en forma de parques y jardines. Todos los recintos arqueológicos están organizados a modo de parques que se pueden recorrer disfrutando de las zonas verdes, al tiempo que admiramos algunos de los edificios (o lo que queda de ellos) más espectaculares erigidos por las civilizaciones antiguas. La ciudad también tiene un "corazón verde": los Jardines Nacionales, el equivalente ateniense del Central Park neoyorquino o del Retiro madrileño, por poner dos ejemplos. Sin embargo, también podemos realizar excursiones para visitar lugares cercanos, menos concurridos e igualmente espectaculares. La región de Meteora y sus "rocas en el aire"; el mágico Cabo Sunion y El Pireo son algunos enclaves accesibles desde la capital, en los que la naturaleza y la historia se alían para ofrecer lo mejor de cada una.
La cultura mediterránea, que Atenas vive y respira al cien por cien, puede disfrutarse a tope en su deliciosa gastronomía. Con el aceite de oliva como ingrediente fundamental y el consumo de verduras frescas (tanto en forma de ensaladas como en guarniciones o guisos) y pescados en casi todas las comidas, la dieta mediterránea alcanza en Grecia su máximo exponente. Por otra parte, en Atenas también es posible disfrutar de festivales culturales (no hay que olvidar que nos encontramos en la cuna del teatro clásico) y de una animadísima vida nocturna, con divertidos pubs donde tomarse unas cervezas o una copa y clubs nocturnos que, muchas veces, alargan su hora de cierre hasta bien pasado el amanecer.
Atenas nos ofrece mucho más de lo que nos podamos imaginar. Es el momento de agradecérselo con una visita.
La capital griega fue durante siglos el epicentro de la cultura y la civilización europeas, difundiendo sus ideas, su política, su legislación, su literatura y su religión a muchos otros puntos del continente, e incluso más allá.
Atenas, además de una ciudad fascinante para conocer (con algunos de los mejores museos del mundo y una vida nocturna sorprendente), es un punto clave para realizar estupendas excursiones, algunas de las cuales pueden hacerse cómodamente en metro.